En una tradición de Oscar honoríficos a mitos incomprensiblemente olvidados en los votos como Charlie Chaplin, Buster Keaton y Groucho Marx, la Academia se ha decidido finalmente a bañar de oro a Blake Edwards, el último clásico de la comedia clásica, un hombre que ha vivido lo mejor y lo peor de Hollywood y que ha regalado al mundo impagables sonrisas y gloriosas lágrimas. "Gracias a Dios podemos equilibrar la estantería", dijo al enterarse del ambiguo honor el autor de la serie de ´La pantera rosa´, ´La carrera del siglo´ y ´El guateque´, casado desde 1969 con Julie Andrews. El responsable de obras como ´Desayuno con diamantes´, ´Días de vino y rosas y ´Victor o Victoria´, no necesita mostrarse amargo hoy. Ya se tomó su revancha en ´SOB´, una dura crítica a Hollywood en que la actriz encarnada por Andrews intentaba contrarrestar las críticas a su conservadurismo haciendo algo que hoy sería imposible: mostrar un pecho.