Aún recuerda el color azul grisáceo de la enfermería de la Monumental de Aguascalientes donde un toro estuvo a punto de romperle el corazón el 15 de abril del 2007. Jairo Miguel, el diestro cacereño que acaba de cumplir los 17 años, salvó la vida por el equipo que le atendió en el peor momento de su carrera. "Estoy vivo gracias a los médicos de aquella plaza", asegura el torero, que reconoce que las imágenes de la cogida de José Tomás le trajeron a la mente lo que le sucedió a él hace ahora tres años.

"A mí me pilló más lejos de la puerta que llevaba a la enfermería. Aquel camino se me hizo eterno", recuerda Jairo Miguel, que perdió más de un litro de sangre y al que iban que intervenir en el mismo hospital que a José Tomás. "La ambulancia tuvo que parar en otro que estaba más cerca de la plaza porque si no no hubiéramos llegado a tiempo para que me operaran".

Antonio Sánchez Cáceres, su padre y apoderado, también asegura que el equipo médico "de una plaza de primera" fue clave para que Jairo Miguel se salvara. "En la enfermería había cirujanos, un cardiólogo, un urólogo y un especialista en digestivo. Estaba muy bien preparada", detalla el exmatador, al que la cogida de José Tomás "le pone la piel de gallina". El representante del torero afirma que la Monumental de Aguascalientes puede compararse en medios a la de Madrid y subraya que su capacidad, con 18.000 espectadores, es el mejor ejemplo para dar dimensión de su categoría.

Con varias estancias

A Jairo Miguel, al que la cornada le perforó el pulmón izquierdo, le sorprendió que la enfermería mexicana tuviera varias estancias según la gravedad de la cogida. Afirma que siempre estuvo consciente y no olvida el sonido de "los tijeretazos" para quitarle el traje de luces. A Aguascalientes volvió un año después para tomar la alternativa en el mismo coso donde José Tomás fue herido. Jairo ya puede contarlo.