Un estudio realizado por la Universidad de Zaragoza, el Centro Universitario de la Defensa, la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwán proyecta cómo serán las carreteras del futuro y prevé que serán más seguras porque incorporarán nuevas funcionalidades como la capacidad de encender farolas o cargar vehículos y hablar.

Que los transportes por carretera sean completamente seguros y no haya víctimas es el objetivo de este estudio, según apunta Francisco José Martínez, investigador del Grupo iNiT (Intelligent Networks and Information Technologies) de la Universidad de Zaragoza, uno de los y uno de los autores del informe junto a Julio Sangüesa, que en el momento de publicación del trabajo pertenecía al Centro Universitario de la Defensa de Zaragoza.

A principios de este año los investigadores publicaron un completo estudio sobre los últimos avances y proyectos tecnológicos que se están llevando a cabo en todo el mundo, entre los que destacan diez avances que revolucionarán la manera de desplazarnos y la idea que tenemos actualmente sobre las carreteras, informa la Universidad de Zaragoza en un comunicado.

Francisco José Martínez recuerda que en la actualidad fallecen cada año por accidentes de tráfico más de un millón de personas y que los vehículos autónomos van a ayudar a lograr el objetivo de que no haya víctimas, si bien hasta que su uso sea mayoritario otros avances, como el despliegue de nuevas tecnologías en las propias carreteras "van a posibilitar una reducción de estas cifras a corto plazo".

Juan Carlos Cano, investigador del Grupo de Redes de Computadores (GRC-DISCA) de la Universidad Politécnica de Valencia y uno de los autores del estudio, apunta que algunas de las carreteras que presentan en el estudio parecen "de ciencia ficción", pero añade que "en absoluto lo son" y que en todas ellas se trabaja ya en algún lugar del mundo y son "viables tecnológicamente" en nuestro entorno.

En concreto el equipo analizó proyectos que se están llevando a cabo en países como China, Reino Unido, Suecia, Japón o España y en todos existe un denominador común y es que las carreteras ya no son una simple infraestructura física, para transportar personas o mercancías, sino que se convierten en una "superautopista de la información, con unas prestaciones de comunicaciones e inteligencia inimaginables hace décadas", según el profesor de la Universidad Nacional Tsing Hua y miembro de la Real Academia Británica de Ciencias, Chai K. Toh.

Para Toh, considerado el padre de las redes inalámbricas sin infraestructuras (Mobile Ad Hoc Networks), en 20 años las carreteras tal como las conocemos hoy en día no existirán, dejarán de ser elementos completamente pasivos para convertirse en activos.

"Comenzarán a transformarse en carreteras inteligentes, con farolas inteligentes, intersecciones inteligentes, señales de tráfico inalámbricas que proporcionarán información a los conductores, tendrán sistemas de detección automática de accidentes, así como de asistencia rápida de emergencias, entre otras novedades", destaca.

En el caso, por ejemplo, de las carreteras musicales, de las que hay ya más de una treintena en Japón repartidas por ciudades como Hiroshima, Shizuoka, Oita, Gunman o Hokkaido.

En esta última, ingenieros del Instituto de Investigación Industrial de la ciudad diseñaron un proyecto en el que los vehículos se convierten en diapasones y mediante unos dispositivos de resonancia, repartidos por la superficie de la carretera, a medida que los vehículos se desplazan sobre ellas generan notas altas o bajas y, a su vez, música.

"También las hay en Corea del Sur, donde estas carreteras musicales advierten a los conductores, generando acordes de una canción popular; en Taiwan, en la "Dinglin Road" de Kinmen, los coches que circulan a 50 km/h generan una melodía de "El Olivo".

Y en Nuevo México, en la histórica Ruta 66 entre Albuquerque y Tijeras, los conductores pueden escuchar la canción "America the Beautiful" al alcanzar las 45 mph (72,4 km/h)", explica Chai K. Toh.

También son una realidad las carreteras de carga, capaces de nutrir de energía a los vehículos, en países como Corea del Sur, Suecia o Reino Unido.

Y cada vez son más los dispositivos que permiten conectar las autopistas con los vehículos, gracias a tecnologías como la V2X, V2V o VANET, y que advierten sobre peligros en la carretera, los accidentes, la congestión del tráfico e incluso detectan conductores potencialmente peligrosos.

Según las Universidad de Zaragoza, la tecnología puede contribuir además a reducir los tiempos de respuesta en caso de emergencia, así como a incrementar la seguridad en maniobras como la de adelantamientos.

Precisamente, uno de los últimos desarrollos del equipo de la UPV es una nueva aplicación que ofrece al conductor una mayor seguridad a la hora de adelantar a un camión -u otro vehículo más grande que el propio. Instalada en los móviles, con la cámara trasera orientada hacia el parabrisas y con la pantalla hacia el conductor, se transmite automáticamente un vídeo capturado por el vehículo de delante al vehículo de detrás, donde se muestra el tráfico más adelante para que de esta forma el conductor pueda decidir si es seguro adelantar.

La combinación de la información y las comunicaciones junto con el desarrollo de vehículos autónomos -tanto coches como drones- permiten ya gestionar de forma dinámica y eficiente el tráfico, lo que redundará también en una mayor seguridad.

Los investigadores añaden además que los drones serán capaces de avisar de incidencias como accidentes, derrumbamientos o badenes a los vehículos que se vayan aproximando, "mejorando así también la seguridad de conductor y los pasajeros".