La estabilización de los niveles de ozono en la alta atmósfera, una esperanzadora tendencia observada en los últimos 10 años, podría deberse simplemente a factores naturales y no a la prohibición de los gases CFC y otras sustancias vinculadas a su destrucción, según un estudio elaborado por científicos de EEUU y Dinamarca que hoy publica la revista Nature . Las conclusiones no son nada optimistas: la mejoría podría ser simplemente pasajera, y el efecto beneficioso de la prohibición, menos espectacular de lo que se pensaba.

Elisabeth Weatherhead, de la Universidad de Boulder, y Signe Bech Andersen, del Instituto Danés de Meteorología, opinan que muchos estudios han infravalorado las variaciones "muy importantes" debidas a la actividad volcánica y solar, entre otros factores naturales.

La capa de ozono estratosférico --situada a una altitud comprendida entre 15 y 30 kilómetros-- filtra la peligrosa radiación ultravioleta y protege a todos los organismos vivos. El descubrimiento de que la capa sobre la Antártida tenía un agujero, una zona con una densidad de ozono muy debilitada, impulsó a la comunidad internacional a prohibir en 1987 (Protocolo de Montreal) las sustancias químicas sospechosas del debilitamiento. Las principales fueron los clorofluorocarbonos o CFC, gases empleados profusamente como propelentes en aerosoles y en líquidos refrigerantes de frigoríficos.

LA ESPERANZA Desde finales de los 90 se empezó a constatar que la densidad del ozono en la estratosfera, que había declinado desde 1980, se recuperaba ligeramente o, como mínimo, no empeoraba en ninguna región. Los resultados fueron acogidos con júbilo y se presentaron como un gran hito de la lucha ambiental. "Confiamos en que la capa de ozono se haya recuperado totalmente a mediados del siglo XXI", suscribió la Organización Meteorológica Mundial.

Sin embargo, el nuevo estudio insiste en que el optimismo no ha tenido en cuenta varios factores. Uno de ellos es la actividad de los volcanes, que expulsan a la atmósfera sulfatos que también pueden destruir el ozono. Pues bien, opina Weather- head, desde la erupción del Pinatubo (Filipinas), en 1993, no ha habido ninguna explosión de influencia planetaria. Otro factor que influye en el debilitamiento del ozono es la actividad solar, "que fue particularmente intensa a principios de los años 90", prosigue el trabajo. Más que una mejoría, estaríamos volviendo a las condiciones normales.

Otros cambios debidos a "la actividad humana, como el efecto invernadero, podrían ser más importantes" y silenciar los efectos beneficiosos de prohibir los CFC. "Los beneficios reales de haber prohibido ciertos gases aerosoles y refrigerantes no aparecerán hasta que pasen unos años", predice el estudio.