Un estudio de la Universidad de A Coruña elaborado en febrero y marzo pasados por encargo de los pescadores provocó ayer la alarma en Galicia. El informe apunta la posibilidad de que las especies gallegas puedan tener un índice de agentes contaminantes, incluso cancerígenos, mayor al reconocido oficialmente. Los científicos indicaron que, en su día, ellos mismos compraron marisco contaminado, y recomendaron no consumir pescado gallego en exceso. Sin embargo, la alarma inicial fue amainando al conocerse los detalles del informe.

Los expertos estudiaron unas mil muestras de capturas efectuadas cuando la marea negra en Galicia era aún muy importante. En aquellas fechas, la pesca y el marisqueo estaban prohibidos. Incluso los análisis oficiales reconocieron entonces que en determinadas especies los índices de hidrocarburos eran superiores a los recomendados por las autoridades internacionales.

Sin embargo, los análisis posteriores --y que el estudio de A Coruña no recoge-- indicaron que la presencia de hidrocarburos fue bajando hasta no ser significativa. Es decir, el pescado y el marisco estaban listos para el consumo.

LA REPRODUCCION Como ya apuntó este diario esta semana, los científicos no se ponen de acuerdo sobre la incidencia del fuel en los fondos marinos. Hasta los biólogos más críticos con el Gobierno no se atreven a decir que el pescado que llega al mercado está contaminado. Estos expertos explican que este problema afecta, sobre todo, a la capacidad de reproducción de peces y moluscos, pero no a los ejemplares a la venta.