Construir una base permanente en la Luna, tal y como ha previsto la NASA para las dos próximas décadas, será mucho más difícil si se confirma un estudio presentado ayer por investigadores de la Universidad de Cornell, en Ithaca (Nueva York, EEUU). En el satélite, dicen, no existen los grandes depósitos de agua localizados supuestamente en 1994, sino simplemente "granos minúsculos y dispersos", sostiene el jefe del trabajo, Donald Campbell. Y sin agua --y sin el consecuente hidrógeno--, mantener una base se convierte en algo realmente complicado y costoso.

El estudio, que hoy publica la revista Nature , se ha elaborado a partir de unas imágenes de radar de alta resolución obtenidas desde el observatorio astronómico de Arecibo, en Puerto Rico. Los investigadores de Cornell han analizado concretamente el cráter Shackleton, en el polo sur de la Luna, uno de los lugares (bastante soleados) donde la NASA está considerando establecer los futuros asentamientos. En lugar de agua helada, subraya el trabajo, las señales de radar corresponden a "restos rocosos".

RESOLUCION DE 20 METROS Los científicos reunieron imágenes de radar del polo sur de la Luna a una resolución de 20 metros, las más precisas hasta la fecha. Las imágenes muestran que un parámetro característico del radar, la tasa de polarización circular --que hasta el momento se pensaba que solo indicaba depósitos densos de hielo--, puede también surgir si lo que se analiza es un terreno irregular y muy accidentado como el de la Luna, salpicado de grandes rocas y de cráteres debidos al impacto de meteoritos.