Compañías de asistencia médica en Europa llevan cada vez más a sus clientes y pacientes, sobre todo gente mayor necesitada de cuidados en una residencia, a las costas españolas. El buen clima, el menor coste de personal y el deseo de mucha gente de pasar la tercera edad a orillas del Mediterráneo son las principales razones para esta nueva forma de inmigración que ha llevado a promotores británicos, alemanes y holandeses a construir sus propias residencias en España.

En Holanda, el propio Gobierno ya se ha sumado a esta iniciativa. Ancianos holandeses que no quieren o pueden esperar más una plaza en una residencia en su país, donde hay largas listas de espera, pueden instalarse en centros en España sin pagar un euro. Desde la semana pasada, la Seguridad Social de Holanda les abona la estancia y los cuidados en residencias privadas en la costa alicantina, donde el personal y los médicos son holandeses o hablan su lengua. Según el Gobierno holandés, cuidar a sus ancianos en España le sale un 15% más barato.

FALTA DE PLAZAS La medida del Gobierno holandés puede ser secundada en un futuro próximo por otros países, como Gran Bretaña, Bélgica y Alemania, que también sufren una gran falta de plazas en residencias. Además, varias sentencias del Tribunal Europeo obligan a los países miembros de la Unión Europea a permitir a sus pacientes escoger médicos en el país que quieran.

La única exigencia de la Seguridad Social holandesa es que los pacientes cumplan ciertos criterios de dependencia, edad y minusvalía para poder disfrutar de una estancia breve o larga en la costa alicantina. La semana pasada llegaron las primeras cuatro mujeres a la residencia Villa Augusto de Guardamar de Segura para unas vacaciones de tres semanas. A su vuelta a Holanda, tendrán ya plaza disponible en una residencia, pero quienes finalmente opten por quedarse en España no tendrán ningún impedimento.

La empresa privada ya se ha adelantado en este sentido a los gobiernos. Algunas compañías de seguro costean desde hace unos años este tipo de estancias o incluso operaciones concretas en clínicas españolas. La presencia cada vez más numerosa de jubilados europeos en España y el aumento de la edad de estas personas está provocando un fenómeno cada vez más extendido por las costas y las islas, como Baleares y Canarias: residencias privadas con personal del país de origen.

En Gran Bretaña o Alemania, que tienen un mayor número de jubilados residentes en España, aún no lo costea la Seguridad Social, aunque algunas aseguradoras ya pagan ciertas prestaciones médicas. El coste total de una estancia en una residencia, sin embargo, es a cargo de los huéspedes. Los alemanes disponen de varias residencias en Mallorca y Tenerife, mientras que los ingleses apuestan por la Costa Blanca y la Costa del Sol.

COMO EN CASA "Lo que ofrecemos aquí es parecido a lo que en Inglaterra es la asistencia en casa. La gente vive de manera independiente, pero tiene a su disposición la asistencia médica durante las 24 horas al día. Luego, tenemos acuerdos con residencias privadas y estamos preparando con una compañía de seguros la construcción de residencias inglesas en España", explica Malcolm Knight, presidente de KEI Homes, que tiene una docena de complejos residenciales para jubilados en España, la mitad todavía en construcción.