La ciencia europea no tiene un Obama que garantice un anuncio de tanto impacto, pero sí centenares de investigadores que llevan tiempo perfilando un proyecto sobre el cerebro con objetivos similares o incluso más ambiciosos que los del programa estadounidense. La propuesta, llamada Human Brain Project (HBP), empezó a gestarse hace tres años y se concretó el pasado enero con una promesa espectacular: la Comisión Europea (CE) anunció una inversión de 1.000 millones de euros en 10 años.

"Nadie quiere quedarse atrás", resume Modesto Orozco, del Instituto de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona) y participante en el HBP. Conocer el funcionamiento del cerebro y ser capaz de reproducirlo sería una revolución científica más allá de los beneficios médicos que se pudieran obtener.

"El cerebro es un equipo inmensamente eficaz de autoaprendizaje, de autorreparación y de eficiencia energética", subraya el programa HBP en su resumen ejecutivo. ¿Por qué no imitarlo? De hecho, el gran objetivo del HPB, en el que están implicados científicos de todos los ámbitos, desde la biología básica hasta la ingeniería, será desarrollar un modelo computacional del cerebro. "Si somos capaces de comprender cómo funciona y cómo responde a los estímulos, con un poco de suerte podremos diseñar un hardware más eficiente y más potente", pone como ejemplo.

Algo totalmente nuevo

El proceso empieza en el nivel atómico y molecular, se avanza por las células y se llega a los circuitos que conforman millones de neuronas. "Hay circuitos eléctricos que funcionan a nivel atómico y procesos complejos que se han de observar a nivel de célula", insiste el investigador del IRB y catedrático de la UB. Así, no solo habrá grupos de trabajo en cada fase, sino también grupos especializados en ensamblar los conocimientos que se vayan obteniendo o en la simulación de los procesos. "A diferencia de la secuenciación de un genoma, que es algo que ya está rodado, esto es totalmente nuevo y es fundamental tener claro los objetivos", insiste Orozco.

El HBP está coordinado por Henry Markram, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), y cuenta con destacada participación española. Un papel esencial lo ejercerá el Barcelona Supercomputing Center (BSC), que aportará el superordenador MareNostrum para ejecutar simulaciones. También están representados el IRB Barcelona, la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y el Idibaps, entre otros, así como el Instituto Cajal, el Instituto de Neurociencias de Alicante y las universidades Rey Juan Carlos, Politécnica de Madrid, Granada y Castilla-La Mancha.

"Es una magnífica noticia que haya dos programas emparentados", considera Orozco. Además, en su opinión, el proyecto estadounidense parece centrarse más en la descripción del cerebro, mientras que el europeo apuesta por la simulación de los procesos.

Los beneficios del HBP serán "enormes", dice la CE. "Incluso antes de que alcance su objetivo, los modelos del cerebro revolucionarán las tecnologías de la información". También se espera que ayude a entender las causas de las enfermedades del cerebro y a mejorar el diagnóstico temprano, así como a desarrollar nuevas curas. "Los modelos ayudarán a comprender cómo envejece, cómo desacelerar esos cambios y cómo promover un cerebro sano para nuestros hijos", concluye.