Las costas de Vizcaya y Guipúzcoa se preparaban ayer para ser abofeteadas de forma inminente y a gran escala por el fuel vertido por el Prestige . Unas 2.000 toneladas de crudo, que se deslizan hacia oriente por efecto de las corrientes marinas, y que ayer se hallaban frente al litoral de Asturias y Cantabria, podrían alcanzar en breve el País Vasco si los vientos no las estampaban antes contra las rías o la cornisa cantábrica.

El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, señaló ayer que, según el Instituto de Investigaciones Agropesqueras Azti, las manchas que hasta ahora habían hecho acto de presencia testimonial frente a Vizcaya podrían proliferar a partir de hoy en el litoral vizcaíno, entre Muskiz y Matxitxako, y en la parte oriental de Guipúzcoa, entre Orio y Fuenterrabía, afectando a San Sebastián.

BARRERAS FLOTANTES

En las rías de Plentzia y la reserva de Urdaibai, las zonas de mayor valor ecológico, se instalaron barreras flotantes para intentar detener el combustible y el marisqueo recreativo ha sido prohibido en toda la costa vasca. 32 barcos pesqueros están preparados para salir a la mar en caso de que haya que ir a recoger las manchas de fuel.

Buena parte del litoral cántabro se hallaba ayer salpicado de manchas y en las tareas de limpieza trabajaban unas 250 personas. En Asturias, la contaminación había alcanzado más de 30 playas, las nueve últimas en el concejo de Llanes.