La revolución en la seguridad vial que estos años ha logrado cifras récord en la reducción de muertes ha llegado también a los obsoletos exámenes de conducir. En el teórico ya no bastará con memorizar unos fosilizados tests con preguntas a veces absurdas y en el práctico habrá que demostrar que se sabe conducir de verdad recorriendo un itinerario de forma autónoma sin instrucciones del examinador. Los expertos coinciden en que los cambios, que entran en vigor el 21 de enero, aunque pondrán más cuesta arriba el obtener el aprobado, contribuirán a dar otro salto adelante en la seguridad vial al garantizar que alguien con carnet sabe conducir de verdad.

Los mismos expertos venían denunciando desde hace décadas que las autoescuelas no formaban conductores sino personas que solo sabían aprobar unos exámenes. En el teórico era así porque bastaba con memorizar las respuestas de las 800 preguntas para superarlo sin llegar a aprender de verdad la materia. Ahora se ha creado una base de datos de 15.500 preguntas y un ordenador asigna a cada alumno de modo aleatorio las que debe responder. La base de datos se actualiza, además, cada día. Como destaca Antonio Lucas, coordinador de de seguridad vial del RACE, "es imposible memorizar las respuestas, hay que saber la materia, que es lo importante".

Pero no solo hay más preguntas posibles sino que también cambia su contenido y la manera de formularlas. "La redacción es más simple, sin las frases contrapuestas que podían crear confusión al aspirante", explica un portavoz de la Dirección General de Tráfico (DGT). Además de las lógicas cuestiones sobre la normativa y las señales, también se interroga sobre los efectos de las drogas y el alcohol, la conducción y la seguridad vial. Pueden practicar, además, en la web de la DGT, donde hay tests como si fuera el día del examen.

Los cambios en el práctico no son de menor calado. Se inicia con la petición del examinador para que efectúe alguna comprobación previa, como la presión de los neumáticos, el nivel del depósito del líquido de frenos o el del líquido del limpia parabrisas. "Se trata", según la DGT, de que tengan conocimiento de su vehículo y sepan utilizar los distintos dispositivos en cualquier momento: lluvia, niebla. No se va tan lejos como otros países, donde incluso se llega a pedir el cambio de una rueda pero sí se considera imprescindible que el futuro conductor sepa donde se encuentran los dispositivos.

Durante los primeros diez minutos de la prueba propiamente dicha, el aspirante deberá dirigirse a un punto señalado por el examinador, por ejemplo el ayuntamiento o una plaza conocida. Para ello deberá guiarse de las indicaciones existentes en la vía o incluso con el GPS si el vehículo lo lleva. El examinador se limitará a dar las pequeñas indicaciones que considere convenientes para evitar atascos o recorridos inconvenientes. Se trata de poner al aspirante en la misma situación que vivirá el día después de obtener el carnet, cuando empuñará el volante sin nadie al lado que le guíe.

En la valoración final, será un factor importante que el alumno ha realizado una conducción eficiente. "Todos deben tener la formación necesaria para ahorrar en combustible por el bien propio de su economía doméstica y por el de la contaminación", dice la DGT. Una vez concluida la prueba, el alumno conocerá el resultado y faltas cometidas.