Andrés Rabadán, de 30 años, conocido como el asesino de la ballesta por el arma utilizada para matar a su padre, se sometió ayer a un nuevo examen psiquiátrico por orden de la Sección Octava de la Audiencia de Barcelona, la sala que ha de determinar si le otorga la libertad tras haber pasado ocho años recluido en el pabellón psiquiátrico de la prisión catalana.

En enero, la sala convocará una vista para conocer el resultado de este nuevo examen en presencia, también, del fiscal y de la defensa para que informen de su postura con respecto a la idoneidad de poner en libertad al joven, que, además del parricidio, descarriló tres trenes de la línea del Maresme.

El juez de vigilancia penitenciaria, guiado por los especialistas en salud mental de la prisión de Quatre Camins, ha solicitado la libertad del encausado, con obligatorio control ambulatorio, para el joven que mató a su padre.