"Forma contaminante" y "factor psicopatógeno que perturba la calidad de vida". Con estos argumentos, el Tribunal Constitucional ha dictado una sentencia en la que sostiene que el exceso de ruido puede vulnerar derechos fundamentales. El alto tribunal ha confirmado así una multa impuesta a un pub de Gijón por contaminación acústica.

El Ayuntamiento de Gijón multó en 1998 con 300 euros al dueño de un pub por infringir una ordenanza contra la contaminación acústica. El afectado recurrió alegando que la norma --de 1961-- era preconstitucional.

El fallo aclara que una exposición prolongada a ruidos fuertes provoca "deficiencias auditivas, del sueño, neurosis, y agresividad".