La Policía Nacional ha informado hoy de que cuatro personas han sido detenidas en Gran Canaria acusadas de integrar una organización que obligaba a mujeres nigerianas a tener un hijo para poder trasladarlas a España, donde eran explotadas sexualmente.

Las detenciones se han producido en el municipio grancanario de Santa Lucía y, según un comunicado de la Policía Nacional, el viaje desde su país de origen hasta Canarias acarreaba a cada víctima una "deuda" de hasta 30.000 euros.

La red seleccionaba a mujeres con hijos pequeños o bien les exigía quedarse embarazadas durante estancias en Marruecos, y los niños eran el blanco de las amenazas de la organización para ejercer un control total sobre sus madres y obtener los beneficios de su ejercicio de la prostitución en Gran Canaria.

La Policía Nacional indica que dos de los detenidos son un matrimonio y las cuatro detenciones se han llevado a cabo en la localidad de Vecindario.

La investigación comenzó en febrero pasado, cuando los agentes tuvieron constancia de que en Vecindario había un grupo organizado que se dedicaba al tráfico y explotación sexual de mujeres.

La organización tenía contactos para que las víctimas, principalmente de origen nigeriano, viajaran a España, debiendo permanecer un tiempo, que podía durar hasta dos años, en el norte de Marruecos.

En Marruecos las mujeres debían quedarse embarazadas para poder así cumplir con el último requisito exigido por la organización para poder viajar hasta Europa: estar embarazadas o tener hijos pequeños, con lo que, una vez en España, se aseguraban el control de las mujeres, explica la Policía Nacional.

Además del control por medio de los menores de edad, los detenidos hacían uso de rituales de magia negra o vudú y también se han constatado amenazas directas a las mujeres y a sus familias en Nigeria.

Las mujeres embarcaban en Marruecos en pateras para cruzar el estrecho hasta el sur de la Península, donde eran ingresadas en centros de extranjeros junto con sus hijos.

Los ahora detenidos contactaban con las mujeres y las trasladaban hasta Gran Canaria en avión, para lo que usaban pasaportes de otras personas con características físicas semejantes.

Los pasaportes eran utilizados en varias ocasiones y eran de gran valor las documentaciones de los menores de edad, señala la Policía Nacional.

Una vez en Gran Canaria las mujeres eran obligadas a ejercer la prostitución en el sur de la isla, como medio para poder pagar la "deuda" por su traslado hasta España.

En un primer momento, las mujeres y sus hijos se alojaban en el domicilio de la principal responsable, que mantenía un dominio absoluto sobre las víctimas, controlando todas sus actividades y gestionando el dinero que obtenían ejerciendo la prostitución.

Una vez las víctimas se sometían a la organización y se mostraban dóciles, se les permitía alojarse en otros domicilios, y dejar así espacio a nuevas mujeres, pero siempre bajo el más estricto control, agrega el comunicado.

El marido de la cabecilla de la organización estaba al cuidado de los menores de edad, con lo que lograba que las mujeres sintieran un miedo absoluto por lo que pudiera llegar a ocurrirles a sus hijos.

Los detenidos también hacían uso de otras personas, ajenas al grupo, que cuidaban a los niños pero no tenían conocimiento de la situación de las madres.

Las víctimas además de pagar la "deuda" tenían que hacer frente a gastos por alojamiento, cuidado de sus hijos, comida, agua y luz.