"Hemos dado un paso adelante, modesto pero real, aunque se trata de un camino de subida". El jesuita Marc Leclerq cerró ayer con estas palabras la conferencia internacional celebrada en Roma y propiciada por el Vaticano, en la que 50 científicos, filósofos y teólogos de fama mundial debatieron sobre el origen del mundo. El encuentro coincidió con los 200 años del nacimiento de Darwin, padre de la teoría evolutiva, que según algunos comportaría la negación de un Creador. Los especialistas confrontaron sus conocimientos en una cumbre por primera vez en la historia de la Iglesia católica, después de desaguisados como el de Galileo Galilei.

El teólogo francés Jean-Marie Maldamé resumió que "la acción de la naturaleza y la de Dios pueden coexistir", que no hay que plantearse "si Dios interviene en cada paso que da la naturaleza" ni tampoco "recurrir a dios para tapar los vacíos de la ciencia". "Se puede decir que un violín produce música, pero también que es el músico quien la produce", dijo Maldamé retratando la "coexistencia" entre un mundo surgido a partir de la evolución y un mundo al que un dios habría dado el primer impulso poniéndolo en marcha. "Hay distintos niveles de estudio", dijeron varios oradores, defendiendo que "la naturaleza y el hombre no se pueden reducir a una sola dimensión la de la ciencia, sino que hay otras". "Lo más difícil no es contrastarnos ni caminar paralelos, sino entrecruzar nuestros caminos", reconoció Leclerq. A un militante creacionista que desafió a los conferenciantes, le quitaron el micrófono, diciéndole: "¡Aquí hablan solo los evolucionistas!".

"Hemos escuchado posiciones dogmáticas de ambos lados y los fundamentalismos hacen daño", reconoció a este diario el oncólogo catalán Jordi Iglesias. Según él, "se ha tratado de un paso importante", aunque será necesario "hallar un lenguaje común", porque se ha visto que una palabra tiene significados diversos, según quien hable. "Es un gran cambio de la Iglesia, porque se se da por aceptada la evolución, y se defiende que Dios no es objeto de estudio de la ciencia", añadió Antoni Matabosch.