Un grupo de expertos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha constatado la existencia de células que no se pueden dividir en tumores premalignos o benignos. El descubrimiento, que hoy publica la revista Nature , no tiene todavía aplicación clínica, ya que los investigadores aún tienen que averiguar cómo funciona el mecanismo que hace posible que las células no se dividan y, por lo tanto, que el tumor no se agrande. El trabajo, sin embargo, abre el camino a futuros fármacos que impidan la proliferación de los tumores.

El principal autor del estudio, Manuel Serrano, jefe del grupo de supresión tumoral del CNIO, explicó ayer a Europa Press que el trabajo demuestra la existencia en tumores de las "células senescentes". Se trata de células viejas que, pese a estar vivas, "han sufrido unos cambios irreversibles que les impiden poder multiplicarse".

Serrano explicó que este fenómeno es en realidad un mecanismo de defensa antitumoral. El estudio del CNIO ha demostrado la presencia de células senescentes en tumores de pulmón, páncreas y piel.

Serrano añadió que su equipo ha comprobado que el grado de senescencia de los tumores es inversamente proporcional a su malignidad.