Las palomas urbanas no son consideradas aves de riesgo en la actual epizootia por el virus H5N1 porque no se ha detectado jamás ningún caso y porque, además, están muy alejadas genéticamente de las aves más proclives a sufrir o transmitir la enfermedad. En cuanto a las mascotas de pajarería, tampoco son consideradas aves de riesgo debido a su vida en cautividad total. El pasado noviembre, no obstante, las autoridades del Reino Unido informaron de que un loro enfermo había sido interceptado.

Según los registros de la Organización Internacional de Epizootias (OIE), en los dos últimos años se ha detectado el virus de la influenza aviaria en una decena de especies salvajes y sus parientes domésticos. En líneas generales, se considera que las aves más vulnerables son las gallináceas (gallinas, pavos, faisanes, codornices), mientras que las anátidas silvestres (cisnes, cercetas, ánades, ánsares, tarros) son especialmente peligrosas porque pueden transmitir la enfermedad sin sufrirla.