Un alud de denuncias llegadas al Ministerio de Sanidad sobre la existencia de cuentas de Twitter que fomentan la anorexia ha vuelto a poner el foco sobre las redes sociales y el peligro que entraña la difusión en ellas de determinados mensajes. La titular del departamento, Leire Pajín, ha reaccionado pidiendo a la compañía estadounidense que intervenga las cuentas denunciadas, pero la mayoría de expertos, pese a aplaudir la decisión, alertan de su corto alcance. Si no se tipifica como delito, la apología de la anorexia es muy difícil de atajar porque no se puede actuar contra los sitios y los propietarios de la redes suelen inhibirse poniendo por delante el respeto a la libertad de expresión.

Consciente de esta limitación, el ministerio ha pedido a Twiter, a través de la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, que busque "un mecanismo de autorregulación" que le permita "aislar" ese tipo de cuentas. Pajín dijo ayer confiar en la "fuerza de la red", en la reacción del resto de los usuarios, para que esas páginas nocivas puedan ser condenadas al ostracismo, para que se vea como un comportamiento negativo ser simple seguidor de los mismas.

Desde que el ministerio informó en su Twiter de la iniciativa a última hora de la tarde del jueves, el anuncio ha sido retuiteado por cerca de 200 usuarios al tiempo que se han recibido varios mensajes de felicitación. A partir de ahora Sanidad remitirá a la central de la red social en Estados Unidos todos los perfiles de usuarios perniciosos que detecte en su labor de rastreo.

Juana Martín, presidenta de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y la Bulimia (Adaner), lleva 10 años luchando contra la apología de esta lacra en internet y por su experiencia está convencida de que los afectados por trastornos de la alimentación "seguirán indefensos" ante Twitter en particular y la red en general "hasta que la apología de este tipo de problemas no se tipifique como delito y no se castigue convenientemente" "Se han cerrado muchas páginas que vuelven a abrir al día siguiente con mucha facilidad" porque en España no es ilegal difundir esos contenidos, argumenta.

Hay quien, como Guillermo Cánovas, presidente de la asociación Protégeles, invita a emular a Francia, donde webs y cuentas "se pueden cerrar en cuanto se detectan". "Siempre habrá mentes anoréxicas, pero el número de niñas afectadas bajaría si no se fomentaran estas prácticas con información e intercambio de experiencias", opina.

COMPORTAMIENTOS OCULTOS

Primero fue internet y luego las redes sociales, como Twiter. Los consejos, las experiencias e incluso los trucos que en ellos se cuentan para dejar de comer "crean y refuerzan modelos de referencia", según el psicólogo Enrique García Huete, que recuerda que antes de la aparición de la red, la anorexia y la bulimia "eran comportamientos muy ocultos en la sociedad normalizada, en el entorno de la familia y los amigos, por lo que a los jóvenes les resultaba difícil encontrar modelos a seguir".