La temporada ciclónica en el Atlántico norte y el Caribe se presenta nuevamente muy activa, siguiendo una tendencia al alza vinculada al calentamiento global de las últimas décadas. Pero los expertos opinan que difícilmente se alcanzarán las cifras del año pasado, cuando se batieron todos los récords en cuanto a abundancia y potencia.

El Centro Nacional de Huracanes de EEUU (NHC), en Miami, augura para este año la formación de entre 13 y 16 tormentas tropicales. De 4 a 6 de ellas se convertirán en huracanes muy intensos. En el 2005 hubo 31 tormentas, con cinco grandes ciclones, cuando la media desde 1950 era de 10 y 1.

William Gray, un reputado pronosticador de la Universidad de Colorado, eleva las previsiones del 2006 a 17 tormentas y 9 huracanes, cinco de los cuales intensos. Según el NHC, existe un 82% de posibilidades de que un huracán de categoría 3, 4 o 5 impacte en las costas de EEUU. Para el estado de Florida, son del 69%, mientras que para la costa del golfo de México son del 38%.

INICIO DE LA TEMPORADA La temporada de huracanes --el periodo en el que suelen formarse-- empezó simbólicamente el 1 de junio y concluirá el 30 de noviembre, aunque los ciclones tropicales no son excepcionales fuera de época. Sin ir más lejos, en la temporada pasada hubo dos en diciembre y uno en enero. Este año, además, hay incertidumbres sobre qué efectos puede tener la presencia del fenómeno La Niña en aguas del Pacífico.

Es evidente que uno de los principales factores para la formación de huracanes es el aumento de la temperatura del mar y del vapor de agua --el combustible necesario--, pero los estudios no son concluyentes a la hora de vincular una mayor recurrencia al calentamiento global. Siempre puede pensarse en ciclos naturales. De hecho, entre 1920 y 1940 hubo también una anormal actividad sin que entonces se apreciara un aumento de la temperatura planetaria. También debe pensarse en la influencia de los vientos, especialmente el llamado movimiento en cizalladura, el detonante en la formación de los ciclones.

Peter Webster, profesor del Instituto de Tecnología de Georgia, presentó en el 2005 un estudio sobre los ciclones registrados en el mundo en 35 años y concluyó que la intensidad se había disparado en unos años. En el Atlántico norte y el Caribe hay casi el doble de huracanes muy potentes que antes del 90.