Dolores P., de 37 años, murió ayer a manos de su cuñado en Caldes de Malavella (Girona), al parecer tratando de proteger a su cuñada, que resultó herida. Este nuevo episodio de violencia machista elevó a 23 el número de mujeres fallecidas por este tipo de agresiones en España en lo que va de año. Un trágico balance que supera en cuatro víctimas la cifra de muertes por esta causa en 2012, después de que en los últimos ocho días se hayan contabilizado cinco casos.

El homicidio tuvo lugar a primera hora de la mañana en la calle del Montseny de la urbanización Llac del Cigne de Caldes, cuando el agresor, Antonio A., un expolicía municipal de Girona de 52 años que dejó el cuerpo a causa de una enfermedad coronaria, irrumpió en casa de su hermano. Allí se hallaba su mujer, con la que había discutido la semana pasada y que, según algunas versiones, pretendía separarse de él. El homicida apuñaló mortalmente a su cuñada, que según parece intentó interponerse entre él y su esposa, e hirió en el cuello a su pareja, que trabaja de agente cívica en Girona. La agresión se produjo en presencia de las dos hijas de la víctima mortal, de 10 y 6 años, que estaban a punto de ir a la escuela.

DETENIDO EN EL HOSPITAL Algunos vecinos de la familia relataban ayer que la hija mayor fue la que salió a buscar ayuda para intentar salvar a su madre. "Abuela, el tío Antonio ha apuñalado a mamá, pero aún está viva", contaron estos testigos que gritó la niña. Otros aseguraron que previamente se habían oído algunos chillidos, como si hubiera habido una discusión. Tras perpetrar el ataque, Antonio A., dejó a su cuñada muerta en la rampa del aparcamiento de la vivienda y llevó a su mujer al Hospital de Santa Caterina de Salt, donde tuvo que ser intervenida de la herida que tenía en el cuello. Su vida no corre peligro. El agresor fue detenido en el centro hospitalario por los Mossos d'Esquadra.

La urbanización Llac del Cigne es un área residencial de Caldes donde predominan las casas unifamiliares. Sus calles no son muy transitadas y por eso a algunos vecinos les llamó la atención que a primera hora de la mañana un desconocido condujera a toda prisa y realizara movimientos extraños. "Vimos el coche antes de que fuera a la casa de su hermano. El hombre hacía cosas raras, parecía como si temblara o tuviera convulsiones. Estaba dando vueltas y al principio pensamos que podía ser un ladrón. Luego vimos que aparcaba el coche delante de la casa", relató Antonia Martín, una vecina.

Tras conocerse el crimen, numerosos vecinos se congregaron ante el cordón policial y expresaron su indignación a los periodistas que había allí apostados. "Ella era una mujer muy trabajadora y muy buena persona. Hay que ser muy hijo de puta para hacer eso delante de los niños", comentó una joven.

El consejero de Presidencia, Francesc Homs, y la presidenta del Instituto Catalán de les Dones, Montse Gatell, condenaron el crimen y expresaron su preocupación y la necesidad de acabar con esta lacra.