Una superficie como Cataluña y Andalucía juntas, o la del dos por ciento del Sáhara (120.144 kilómetros cuadrados), bastaría para producir toda la electricidad consumida en el mundo actualmente a partir de la energía termosolar, según se desprende del informe 'Energía Solar Térmica de Concentración: Perspectiva Mundial 2009', en el que se muestra además que esta tecnología podrá abastecer la cuarta parte de la electricidad mundial en 2050.

El estudio, elaborado por especialistas de Greenpeace junto con la Asociación Europea de la Energía Solar Termoeléctrica (ESTELA) y el programa solar PACES de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), destaca cómo la energía solar térmica de concentración (ESTC) podría llegar a cubrir el siete por ciento de la demanda eléctrica mundial para 2030. Así, recoge que las inversiones en esta nueva tecnología superarán este año los 2.000 millones de euros y podrían generar unos ingresos de 20.800 millones, además de crear 90.000 empleos en el mundo para 2015.

Los sistemas de energía solar térmica de concentración producen calor o electricidad mediante el uso de cientos de espejos que concentran los rayos del sol a unas temperaturas que oscilan entre los 400 y los 1000 grados. Estas centrales solares pueden integrarse con almacenamiento o en una operación híbrida con otros combustibles, como el hidrógeno. En la actualidad, tienen una potencia entre 50 y 280 megavatios (MW) y a juicio de los expertos, ésta podría ser mayor. Además de la cantidad de energía que pueden producir, las centrales solares termoeléctricas tienen la ventaja de que pueden seguir funcionando aunque no haya sol, ya que pueden almacenar la energía en forma de calor, o bien operar en combinación con otras energías renovables como el biogás.

En la misma línea, el texto resalta que es una tecnología a gran escala que no contribuye al cambio climático y por ello su fuente no se agotará nunca. En este sentido, está ya "lo suficientemente" madura como para crecer en el 'cinturón del sol' terrestre (aquellos países con mayor exposición del sol, entre los que se encuentra España) y "sustituir así a los combustibles fósiles".

En la actualidad, la primera potencia dentro del volumen de mercado mundial es Estados Unidos, con 424 MW de ESTC en funcionamiento, aunque le sigue "muy de cerca" España, con 132 y otros 1.417 en construcción, además de otras casi 13.000 propuestos. "España ocupa un liderazgo mundial poco valorado. Otros países que también destacan en el campo, aunque situados lejos del protagonismo español son: Israel, Argelia, Sudáfrica, Egipto, Marruecos o Méjico, entre otros", puntualizó el responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace, José Luis García Ortega.

VOLUNTAD POLITICA

La organización ecologista demanda para que sea posible un gran desarrollo de esta tecnología un objetivo ambicioso para 2020 en el nuevo Plan de Energías Renovables, que presentará el Gobierno tras el verano, por el que la ESTC debe tener un papel destacado para generar con renovables al menos el 50 por ciento de la electricidad, así como una Ley de Energías renovables que incluya primas fiables con una "senda decreciente", no imponer cupos de potencia total, eliminar el límite actual de potencia por planta -- establecido en 50 MW --, incentivar la hibridación con otras renovables, como el biogás o la biomasa, así como primas para la electricidad o calor renovable.

En este sentido, el vicepresidente de ESTELA, Mariano Ruiz, señaló que el sistema de primas es el "principal obstáculo" para el progreso de esta tecnología. "Las empresas cuando ven que es negocio se tiran a ello directamente. Aunque el problema está en que el punto de partida nace de la voluntad política y además hacen falta buenos técnicos", añadió.

Por su parte, García Ortega destacó en este sentido que el Gobierno es "contradictorio" en materia energética, ya que "unas cosas son las declaraciones a favor de las renovables y otras las políticas que adopta", concluyó.