El deporte se convierte en múltiples ocasiones en algo más que un juego. Los deportistas, a veces, sobrepasan su faceta competitiva para convertirse en embajadores de su tierra. Equipos como de fútbol, baloncesto, atletismo o rugby, se están convirtiendo en los últimos tiempos en grandes promotores de Extremadura y de la candidatura a la capitalidad europea Cáceres 2016.

Esta importante labor la hizo el CAR Cáceres de rugby en uno de sus últimos desplazamientos de la temporada que recientemente ha concluido. Jugó en Eibar uno de los partidos de la fase de ascenso, donde a pesar de la derrota el buen ambiente reinó en la expedición cacereña en todo momento.

En las horas previas al partido visitaron el Centro Extremeño de Ermua, donde además de recibir múltiples muestras de cariño y apoyo llevaron el emblema de Cáceres 2016.

Sebastián Maeso, presidente del Centro Extremeño de Ermua, explica que "siempre estamos atentos a lo que ocurre en nuestra tierra y en cuanto nos enteramos que el CAR jugaría un partido de la fase de ascenso en Eibar, me puse en contacto con Germán --director deportivo del club-- para ofrecerle toda la ayuda que pudiéramos prestarles. Nosotros siempre estamos abiertos para todo el que quiera venir y nos ponemos a disposición de las instituciones y particulares que nos visiten".

La labor de los centros extremeños fuera de la región, y concretamente el de Ermua, se centra en promover la unión de los extremeños que viven fuera de la tierra que les vio nacer.

"Nuestro centro", explica Maeso, "se fundó en 1991, por lo que este año cumple su mayoría de edad. En este tiempo nos hemos dedicado, junto con otras asociaciones, a organizar actividades como la Cabalgata de Reyes, actuaciones folclóricas, una semana cultura o, incluso, nuestra propia matanza típica extremeña, que hacemos la última semana de enero".

Entre sus labores también está la de organizar viajes periódicos a Extremadura, "para no estar lejos demasiado tiempo".

Natural de Campolugar, Sebastián Maeso vive en Ermua desde los años 60. Asegura estar muy orgulloso de sus orígenes extremeño, pero se define totalmente integrado en su tierra de adopción. "Los extremeños que vivimos fuera", dice, "somos excelentes embajadores de nuestra tierra e incluso a veces nos preocupamos más de Extremadura que los que viven allí".

Sobre su experiencia migratoria, recuerda que los principios fueron duros, pero que poco a poco se fue adaptando y hoy en día dice que ve lejano su regreso a Extremadura. "Mi vida, mis hijos y mis nietos están aquí, si vuelvo será solo a temporadas, sobre todo cuando me llegue la jubilación. Pero siempre llevó a Extremadura en el alma".