"Extremadura debería tener más actos culturales en Madrid, por ser el escaparate o el rompeolas, en expresión machadiana, para que se nos escuche". Quien así habla lo hace con el conocimiento de causa que le otorga su doble condición de extremeño e intelectual.

Y es que Félix Rebollo Sánchez, docente en la Facultad de Ciencias de Información de la Universidad Complutense de Madrid, es un profundo enamorado de su tierra. Por sus clases han pasado ya muchos alumnos extremeños, a los que, como al resto, ha intentado inculcar una máxima que repite hasta la saciedad: "el conocimiento y hacer el bien. Ahí encuentro mi felicidad, mi contento", ya que suele decir que "sin cultura no hay libertad". De ahí la máxima que intenta imprimir a sus estudiantes: "aprobar por aprobar no tiene sentido".

Lleva muy a gala ser el primer profesor de su pueblo que imparte clases en una universidad, en este caso la madrileña Complutense, en la que es catedrático numerario de Lengua y Literatura y bi-doctor en Filología Hispánica y en Periodismo.

En su haber tiene la muy contundente cifra de 116 publicaciones, entre las que destacan los libros Galdós y misericordia , Perspectivas actuales del teatro español , Análisis de textos literarios y periodísticos , Novela y sociedad en Galdós , Periodismo y movimientos literarios españoles contemporáneos , Nueva perspectiva de Luis Chamizo ... En la actualidad trabaja en dos proyectos de investigación: Antonio Machado: entre la literatura y el periodismo y La generación realista teatral y la prensa literaria .

Siempre que puede se acerca a su pueblo, situado en la Siberia Extremeña o, como a él más le gusta, la "comarca de los montes", no muy lejana a Guadalupe, de donde es oriunda su madre. Las dos localidades las lleva como si fueran algo propio y las visitas a ambas son obligadas.

Chamizo, Espronceda...

Su cercanía a Extremadura no se acaba en los viajes, ya que también propala una literatura en la que caben Torres Naharro, Espronceda, Carolina Coronado, Felipe Trigo --"se dice que El médico rural lo escribió en Castilblanco"--, el citado Chamizo o un poeta actual de la ´otra joven poesía española´ como A. Méndez Rubio. "Esto no lo hago para enrocarme en mi tierra, sino para ensanchar el campo intelectual y propagarlo a los demás". Su espíritu abierto, dice, "me hace estudiar las otras literaturas menos conocidas".

Extremadura la ve como algo "viviente". A sus compañeros oye aquello de "la gran desconocida" pero, afirma, "ya menos". Insiste en que los medios nacionales la marginan. Por eso está muy atento cuando el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, "intenta hacerse oír". Comparte con Ibarra el criterio de recurrir el Estatuto andaluz cuando legisla sobre el Guadalquivir, "ya que un río no se puede partir, y menos con la vitola de socialismo. Tiene que haber más solidaridad entre regiones", pregona el estudioso de la Siberia extremeña.

Aprovecha la oportunidad para citar a algún político-columnista extremeño como Tomás Martín Tamayo, a quien menciona en su libro Literatura y Periodismo hoy . En esta publicación está muy presente su tierra, de la que hace un poco de historia con revistas originarias de lo que es una constante en su análisis: la estrecha y apasionante relación literatura-periodismo.