Algún amor que no duela , la exitosa novela sobre la violencia doméstica de la escritora extremeña Dulce Chacón, llegó esta semana a escena en versión teatral con ánimo de "remover conciencias" y hacer que "la sociedad se quite la venda de los ojos" ante ese drama, según manifestó su autora.

Transformada para la escena en una nueva visión, más viva, del drama de la violencia doméstica que ofrecía su novela, basada en la historia de una mujer, Prudencia, que relata cómo su aparentemente feliz matrimonio se convierte en un horror que anula su personalidad, Algún amor que no duela tenía previsto ayer su estreno en Las Palmas de Gran Canaria.

En escena, dos mujeres darán vida a Prudencia: Isabel Ordaz, Goya a la Mejor Actriz en 1998 por su trabajo en Chevrolet , y Charo Amador, con una carrera de tres décadas en las que ha participado en numerosos festivales y giras.

PERSONALIDADES

Cada una de ellas asume una de las personalidades en que se acaba desdoblando la víctima, que, por una parte, reconoce que quien era su amor se ha convertido en un torturador pero, por otra, trata de acallar su propia rebeldía y hasta de justificar la actitud de su pareja, primero por cariño y finalmente por miedo.

Un miedo que, más allá de los golpes, inunda todas las facetas de la vida de la mujer maltratada, que no sólo teme al daño físico sino también a la propia incapacidad para afrontar sola la vida que le atribuye su verdugo, según aseguró Dulce Chacón al presentar en la capital grancanaria el estreno de Algún amor que no mate .

La escritora subrayó que comprobó la existencia de ese miedo paralizador que lleva a las víctimas a resignarse, reflejado en su novela como uno de los elementos que la vertebran, al presentar el libro en ferias y otros actos públicos, donde se acercaron a ella mujeres y hasta hombres que se vieron retratados en sus personajes.

"Muchas mujeres -recordó- llegaban y me decían: ´yo soy Prudencia, y no lo quiero ser´, y muchos hombres decían: ´tras conocer el libro, me conozco mejor´".