El novillero extremeño Alejandro Fermín fue el encargado de poner el argumento artístico a una interesante novillada de Guadajira con la que se abrió el ciclo de novilladas nocturnas de julio en Madrid, bautizadas con el eslogan Cénate Las Ventas.

Un proyecto novedoso en el que, además de toros, los aficionados pueden degustar productos gastronómicos gourmet, aunque la verdadera delicatessen de la noche fue la mano izquierda del joven torero de Cabezuela del Valle (Cáceres), que toreó al natural de auténtica maravilla, aunque su mala espada le impidiera tocar pelo. Muy templado, muy hondo y con mucho gusto, Fermín brilló.