No es ni un pájaro, ni un avión, ni Superman. Pero, ¿qué es el cerdo oveja del que tanto se habla últimamente en las redes? ¿Un cerdo o una oveja?, ¿o las dos cosas juntas? La pregunta que se hace estos días Facebook tiene respuesta: se trata de un animal porcino de la raza Mangalica, propia de Hungría y de Rumanía, que a punto estuvo de extinguirse tras la segunda guerra mundial y los años de comunismo en esos países europeos donde la hambruna causó estragos.

La raza mangalica está emparentada con el cerdo ibérico. Digamos que son los primos peludos de los cochinos que se crían con bellotas trotones por las dehesas. Pero los mangalicos conservan un lanudo pelaje para protegerse de los rigores del frío de la estepa. Sin embargo este grueso pelo rizado no sirve para hacerse un jerséi o una manta. Su carne, eso sí, se considera se considera un lujo, como el buy de Kobe japonés, por ejemplo.

AL BORDE DE LA EXTINCIÓN

En 1990 quedaban en el mundo tan solo 160 ejemplares. Y, gracias a un genetista alemán, Peter Toth, esta raza ha vuelto a multiplicarse y conquistar los mercados (sus jamones son muy apreciados). Compró los ejemplares que quedaban en los mataderos y se dedicó a su reproducción y expansión. Hoy supervisa la cría de 20.000 de estos curiosos cerdos.

Este cerdo fue criado por primera vez para llenar la cocina y las mesas del emperador austro-húngaro y, en su origen, había cuatro tipos de cerdos oveja. Hoy tan solo quedan tres: el rubio, el pelirrojo y el golondrino (con rizos negros por arriba y blancos por abajo).

VISITA A 'EL HORMIGUERO'

Tres de estos ejemplaros, precisamente, visitaron este martes, el plató de 'El Hormiguero' de Pablo Motos, que también recogió el revuelo y curiosidad que ha despertado esta raza en las redes.

EXPLOTACIÓN EN ESPAÑA

El cerdo oveja tiene su propio club nacional en Hungría, un club de amigos en Facebook ('Mangalica pig lovers'), y algunas empresas jamoneras, como Monte Nevado o Jamones Segovia, se dedican a su explotación en España, bajo el lema de "un sabor por descubrir". Esta última empresa asegura en su página web que, "como los jamomes ibéricos, los jamones de Mangalica son pequeños y de muy alta calidad debido a la cuidada y estrictamente controlada dieta y las perfectas infiltraciones de grasa. El largo proceso de curación, que dan a este producto su sabor tan característico, es solo posible gracias a la elevada proporción de grasa subcutánea e infiltraciones en la carne".

Fue esta compañía segoviana, en 1990, la que comenzó un programa para recuperar la raza. A través de anuncios en la prensa húngara fue posible encontrar 90 hembras reproductoras. "Hoy somos la única empresa que cría las tres razas Mangalica y tiene una piara de animales que garantiza la supervivencia de la especie. Las características genéticas junto a una alimentación totalmente natural (maiz, cereales y pastos) hacen que se obtenga una materia prima ideal para la elaboración de jamones de larga curación", detallan en su web.

MEJORA DEL PRODUCTO HÚNGARO

Estas importaciones de la empresa segoviana son las que ayudaron a mejorar el producto húngaro. Aunque todo tiene un pero. Los productores de porcino en Huelva están preocupados porque las partidas de jamones y paletillas mangalica van marcadas con las letras "HU", y muchos confunden estas iniciales con las de Huelva. Lo que quizá no sepan todos los consumidores es que los jamones de Huelva, que reivindican la denominación de Jabugo, van marcados con la letra "H".