La mujer de 47 años que el pasado mes de febrero se quemó a lo bonzo en una oficina bancaria de Almassora (Castellón) falleció ayer en el Hospital La Fe de Valencia, donde se encontraba ingresada en estado grave desde que ocurriera el suceso.

Los hechos se produjeron a mediodía del 18 de febrero. Según explicaron fuentes cercanas al caso, la mujer llegó a la entidad, situada en la avenida de José Ortiz de la localidad, con una garrafa pequeña llena de gasolina. Después de discutir con el único empleado que se encontraba en ese momento en la oficina porque quería hablar con el director, la mujer se roció el cuerpo con el carburante y se prendió fuego dentro de la sucursal, utilizando un cigarrillo, no sin antes gritar: "¡Sinvergüenzas, me lo habéis quitado todo!".

El motivo de su acción, según algunos allegados, era una deuda que tenía con la entidad. La Guardia Civil confirmó que la mujer tenía embargado el piso en el que vivía con sus tres hijos --había enviudado hace dos años y estaba separada de su segunda pareja-- y que el banco iba a proceder a embargarle también las cuentas.

La víctima fue trasladada con quemaduras de tercer y segundo grado en el 48% de su cuerpo a la unidad de quemados del Hospital La Fe, donde ha fallecido después de casi tres meses de lucha por su vida. El ayuntamiento de Almassora, donde residía, ha ofrecido una ayuda a la familia.