Los tres miembros de una familia que fallecieron el pasado día 14 en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) sufrieron un envenenamiento por una sustancia química aún no identificada, han informado fuentes de la investigación.

Por la sintomatología y rápido fallecimiento, los expertos han descartado una toxiinfección alimentaria y se inclinan por un envenenamiento químico cuya sustancia causante aún no ha sido identificada en los análisis de vísceras y muestras realizados por el Instituto de Toxicología en Madrid y Sevilla.

Los investigadores buscan también si la ingirieron con la comida o fue mediante alguna otra vía, como la inhalación. Descartan el suicidio u homicidio y se inclinan por la posibilidad de que la familia pudiese haber introducido el veneno por error en los alimentos que cenaron la noche anterior, por ejemplo, confundiendo un matarratas con harina para rebozar el pescado que comieron.

La inhalación de algún plaguicida es otra de las posibilidades que barajan los investigadores.

Dos avisos a emergencias

El padre de familia, Enrique Caño, de 61 años, dio aviso en dos ocasiones a lo largo de la noche del día 13 y la mañana del 14 a los servicios de emergencia sanitaria por los síntomas que presentaban él mismo, su esposa Concepción Bautista, de 50, y su hija de 14 años, que fallecieron al día siguiente.

Otra hija de 13 años, que aquella noche no cenó con su familia, no presentó síntomas y ha estado en todo momento fuera de peligro, pese a haber quedado ingresada de manera preventiva en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla.