La lucha contra los trastornos alimentarios, en especial la anorexia y la bulimia, camina a un ritmo excesivamente lento, según las asociaciones de afectados. La Asociación de Defensa de la Atención de Anorexia Nerviosa y Bulimina (Adaner), presente en 40 provincias, considera que la unificación de tallas anunciada el miércoles por el Ministerio de Sanidad es un paso "positivo pero mínimo".

La presidenta de Adaner, María del Carmen González, anunció ayer que el 5 de mayo solicitará a la ministra Elena Salgado la creación de un registro nacional de afectados y fallecidos, que permita conocer el "alcance real" de esta enfermedad para que la sanidad pública se vea obligada a aportar los recursos necesarios para hacerle frente. "El censo es clave, porque todas las administraciones minimizan el problema, se escudan en que no hay muchos casos cuando en realidad es una auténtica epidemia", denunció.

Aunque cifras actuales hablan de 250.000 afectados, los datos oficiales, que datan de 1997, los cifraban en 180.000. Desde entonces hasta el 2003, el Ministerio de Sanidad ha contabilizado 8.268 ingresos de pacientes en los hospitales generales del Sistema Nacional de Salud. Adaner califica de "ridícula" la cifra de hospitalizados y considera que desde 1997 los enfermos se han quintuplicado y ya superan el millón de personas en España.

Sin embargo, según Adaner, apenas un 10% de estos enfermos están atendidos en hospitales específicos y con tratamientos dignos. La mayoría acuden a centros privados, en los que han de pagar por un ingreso entre 7.000 y 9.000 euros al mes. "Algunas familias han tenido que hipotecar sus casas y arruinarse el bolsillo y la vida. Además, muchos tratamientos no son adecuados. Hay mucho cuento", subrayó González.

Las asociaciones de enfermos alertan de que no sólo los jóvenes son los afectados y de que falla la detección precoz. En el hospital del Niño Jesús de Madrid se han tratado casos de niños de 8 años.