Los medicamentos para combatir la soriasis (una enfermedad crónica de la piel), la hipercolesterolemia familiar (trastorno genético que se caracteriza por un aumento del colesterol y un elevado riesgo de desarrollar una enfermedad vascular prematura) y aquellos que se utilizan para evitar los vómitos tras recibir sesiones de quimioterapia serán más baratos. La ministra de Sanidad, Ana Pastor, anunció ayer que está "muy avanzada" la normativa que convertirá estos fármacos en "productos de aportación reducida". Es decir, los usuarios sólo pagarán el 10% del precio y no el 40% habitual.

Pastor, que compareció en el Congreso de los Diputados, añadió que la decisión de rebajar el precio de determinados fármacos responde a una iniciativa para adaptar los criterios de clasificación de medicamentos a la UE. La normativa europea considera la soriasis, la hipercolesterolemia familiar y los transtornos provocados por la quimioterapia como enfermedades crónicas.

La ministra añadió que otro de los objetivos de su departamento es la puesta en marcha de campañas contra la anorexia, la bulimia y el tabaquismo. Además, insistió en que los planes integrales sobre cáncer y cardiopatía isquémica --una enfermedad coronaria que provoca una muerte súbita en un tercio de los casos-- estarán listos antes de finalice este año.

VIOLENCIA DOMESTICA

Respecto de la violencia doméstica, Pastor hizo hincapié en el acuerdo con los médicos de familia para elaborar un documento sobre cómo intervenir en la prevención de las agresiones y la elaboración de una guía práctica.

Tras su comparecencia, los grupos de la oposición criticaron a la ministra por prometer muchos objetivos y no tener presupuesto para hacerlos realidad. Zoila Riera (CiU) recordó las "deficiencias en atención sociosanitaria y en salud mental" y la importancia de "poner dinero" para solucionarlas.

Sobre el ámbito de la salud pública, Pastor reiteró la próxima aprobación de la norma que endurecerá la legislación de prevención de la legionella y destacó las actuaciones llevadas a cabo tras el naufragio del Prestige .

El control de muestras de productos del mar de la zona afectada continuará durante un año.