Ni secuela de Los Angeles de Charlie, ni una nueva película con Robert Altman, ni otro drama televisivo. A la espera de ser redescubierta por algún joven director fascinado con los iconos de los 70, la reaparición de Farrah Fawcett será en el reality show Chasing Farrah (cazando a Farrah), que acaba de ser estrenado en EEUU. El programa seguirá sus pasos desde Los Angeles hasta Miami, Nueva York o su Tejas natal, los tratamientos de belleza, las batallas de una estrella cuando pierde la cartera y recordará los episodios más oscuros de sus 58 años.

El primer capítulo emitido por TV Land promete "descubrir a la mujer que se esconde detrás de la estrella", aplaudida por los fans y en busca de nuevo asistente. "Si pierdo la compostura porque las cámaras me están siguiendo, creo que está justificado", advierte la actriz, cuyas polémicas apariciones públicas se han aireado en los tabloides durante 30 años, como aquella famosa entrevista en el show de David Letterman, en 1997, con una Fawcett tan ausente y extraña que la prensa comenzó a especular con su presunta drogadicción. "Nunca me he drogado ni he fumado crack", asegura en el estreno de Chasing Farrah . "Yo no he estado en ningún programa de rehabilitación", repite en casa de sus padres.

La primera rubia de Los Angeles de Charlie atravesaba entonces por un mal momento: tras la ruptura con el actor Ryan O´Neal (con quien vivió 17 años y tuvo un hijo en 1985) fue acusada de robar ropa por valor de 70.000 euros en casa de su exnovio, James Orr, que tiene prohibido cualquier contacto con Farrah Fawcett desde que la golpeó en 1998. Por lo visto, la actriz se negó a pasar por el altar por segunda vez (la primera fue con Lee Majors, en 1973).

Con estos antecedentes, la trayectoria de este símbolo sexual que saltó a la fama en 1976 como una de las tres atléticas detectives a las órdenes de Charlie es una auténtica telenovela que continúa en televisión, discutiendo frente a los espectadores el, al parecer, incombustible idilio con O´Neal. Así, ahora se une al club de las viejas glorias recicladas en la pequeña pantalla.

PLANES DE FUTURO Son ricos, famosos y previsores. Cantantes, presentadores y actores españoles invierten sus ganancias en los más diversos negocios. Según la revista Interviú, Bertín Osborne se ha lanzado al mercado del vino con el rioja Conde de Donadío de Casasola con una previsión de ventas de 50.000 cajas sólo el primer año. La presentadora Paula Vázquez espera haber encontrado un filón con su tienda de biquinis, lo mismo que Penélope Cruz saca partido de su tienda de ropa y Paz Vega vende zapatos. Ana Rosa Quintana posee dos sociedades de inversión de capital variable, en las que el requisito es invertir al menos 2.400.000 euros. José Manuel Parara y David Bisbal, en cambio, invierten en pisos.

CHICA ´MALA´ ada vez más popular, especialmente por su trabajo televisivo, la atractiva actriz Neus Asensi da esta semana el salto a la portada de la revista Interviú , que ofrece además un reportaje fotográfico, con póster desplegable, de la artista catalana, realizado por Jesús Ugalde.

La mala de la teleserie Ana y los 7, la chica que deseaba Santiago Segura en Torrente, aparece sensual y voluptuosa como pocas veces se la ha visto, pero encabeza el reportaje con una declaración decidida a favor del hombre: "Defiendo la pluralidad y la sensibilidad masculina, que en nada tiene que envidiar a la femenina". La actriz, que iba para baila ina, cuenta que cuando salió en Torrente le pusieron "el sambenito de sex-symbol " y añade: "Todavía no me lo he quitado", aunque aclara que "es un orgullo".