Felipe de Borbón prometió ayer en Oviedo "solidaridad y ayuda" al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, quien hizo un llamamiento al "combate" de la comunidad internacional contra la pobreza y la exclusión social, durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias.

En el discurso que cerró la ceremonia de entrega de los galardones, celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo en presencia de la Reina Doña Sofía, el Heredero de la Corona afirmó que el programa contra el hambre en Brasil diseñado por Lula constituye una "gran esperanza" para un mundo en el que abogó por modelos de desarrollo orientados "de modo preferente en beneficio de los más necesitados".

TRAYECTORIAS

El Príncipe, tras repasar las trayectorias de los galardonados de este año, elogió la "enriquecedora pluralidad de culturas y sentimientos" que propicia la Constitución española.

En la entrega de los premios que llevan su título, el Heredero de la Corona rindió así un homenaje a la Constitución y expresó su "honda gratitud" a la generosidad de quienes han hecho posible "la España democrática en que vivimos".

El Príncipe reservó un amplio pasaje de su discurso a la figura del presidente de Brasil, Premio de Cooperación Internacional, de quien afirmó que "es un altísimo ejemplo para todos".

Felipe, que elogió también la trayectoria profesional y vital del resto de los galardonados, alabó de Lula da Silva la forma en que "se empeña en proseguir por el ilusionante camino del progreso, bajo el signo de la justicia y contra la exclusión social".

En su turno de intervenciones, la novelista estadounidense Susan Sontag, quien afirmó que la literatura encarna "valores utópicos" que, a pesar de que "no se han cumplido", aún "estimulan a los escritores".

La escritora marroquí Fatema Mernissi, que compartió con Sontag el Premio de las Letras, reclamó, por su parte, que se transfiera el dinero destinado a la "fabricación de armas para espías, policías y soldados a las instituciones que enseñan el arte del diálogo". También el filósofo alemán Jürgen Habermas, Premio de Ciencias Sociales, advirtió al auditorio que llenaba el teatro Campoamor de que los "egoísmos nacionales" no deben derribar en el último momento la creación de una Constitución Europea común y que las posiciones mantenidas sobre la guerra de Irak tampoco deben "separar, de nuevo, a la nueva España democrática de la vieja Europa".

El turno de intervenciones lo abrió la galardonada con el Premio de la Concordia, la escritora británica Joanne Kathleen Rowling .Jean Marie Leblanc recogió el Premio de los Deportes como director del Tour de Francia, junto a los ganadores de esta prueba Federico Martín Bahamontes, Pedro Delgado, Miguel Indurain, Jan Janssen, Bernard Hinault y Eddy Merckx.

Además de los intervinientes en la ceremonia también recogieron su Premio el periodista polaco Ryszard Kapuscinsky y el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, que compartieron el Comunicación y Humanidades; el artista Miquel Barceló, distinguido con el galardón de las Artes, y la etóloga británica Jane Goodall, Premio de Investigación Científica y Técnica.