Holanda ha empezado hoy con el sacrificio de un total de 40.000 cabras y ovejas para evitar que la llamada fiebre-Q se extienda en más granjas y contagie a más de las ya 2.300 personas que padecen esa enfermedad, que causa serias afecciones respiratorias.

Durante la jornada de hoy se procedió al sacrificio de las cabras y ovejas embarazadas y de las enfermas en tres explotaciones de este tipo de animales, indicaron las autoridades holandesas.

CRÍTICAS

Se espera que la aplicación de la medida, que ha levantado críticas en los sectores ecologistas, dure hasta la primavera, ya que en total hay 61 granjas contagiadas y por jornada se matan a las ovejas y cabras de un máximo de tres explotaciones.

El sacrificio de los animales se lleva a cabo aplicándoles una inyección letal que va precedida de una anestesia que los deja adormilados. En las granjas donde se ha constatado la enfermedad se sacrifican no solamente los animales contagiados, sino también a las hembras embarazadas y a los machos.

Las hembras embarazadas pueden extender la enfermedad en los partos y los machos a través de su esperma. La bacteria que causa la fiebre-Q se encuentra especialmente en los productos del parto, aunque también en la leche, los excrementos, el semen o la orina.

DEMASIADO TIEMPO

La medida se ha ganado las críticas de asociaciones ecologistas y de algunos grupos parlamentarios. Los primeros porque consideran el sacrificio desproporcionada y los segundos porque estiman que se ha esperado demasiado tiempo para acatar el brote de la enfermedad.

SEIS FALLECIDOS

Los primeros brotes de fiebre-Q contagiada de animales a humanos en Holanda se constataron en el 2007 y desde entonces se han contagiado 2.300 personas y seis han fallecido a causa de la enfermedad.

Las autoridades holandesas comenzaron el pasado mes de abril con una campaña de vacunación obligatoria en tres regiones del sur del país donde se constataron los brotes, mientras que en el resto del país, la vacuna es optativa.

Generalmente, los humanos adquieren la fiebre-Q al inhalar gotitas contaminadas expulsadas por los animales infectados. El consumo de leche cruda ha causado la infección en pocos casos.