El Windsor sigue siendo una caja llena de sorpresas. Ayer se supo que ocho operarios realizaron modificaciones en la instalación eléctrica durante la manaña del sábado, el día en el que se incendió el rascacielos. Por otra parte, la juez que lleva el caso autorizó la entrada en el rascacielos madrileño a técnicos de Comparex España SA, una empresa de soluciones informáticas que aseguró tener en el edificio una caja fuerte ignífuga donde se custodian documentos importantes. Entre ellos, un contrato con el Ministerio de Defensa que acredita a Comparex para participar en contratos o concursos del departamento que dirige José Bono, la OTAN y la UE.

Comparex tenía parte de sus oficinas en la planta 4 de la torre siniestrada, donde trabajaban 45 empleados. Tras producirse el devastador incendio, un portavoz de la empresa aseguró que las bases de datos no se habían perdido.

Por su parte, el Ministerio de Defensa restó importancia a los papeles de Comparex y negó que se tratara de información "reservada que comprometa la seguridad del Estado". El departamento dirigido por Bono añadió que "varios centenares de empresas" tienen contratos similares, que reciben el nombre técnico de "acuerdos de seguridad".

De esta manera, Defensa se vio obligada a matizar el contenido del auto judicial que permitió la entrada al Windsor.

En el texto, se decía literalmente que Comparex quería rescatar "documentos reservados del ministerio".

Por orden de la juez, los técnicos de Comparex subieron al edificio acompañados por varios policías.