Las cosas empiezan a aclararse para el público y a ponerse oscuras para Michael Jackson. Pese a las voces que aseguraban que el caso contra el artista se debilitaba, el fiscal del distrito de Santa Bárbara, Tom Sneddon, presentó ayer formalmente nueve cargos contra el artista: siete se refieren a actos lascivos con un menor y dos a la "administración de un agente intoxicante" a la supuesta víctima.

Aunque eso no apagará las especulaciones, la presentación de los cargos arrojó alguna luz sobre el caso. Sólo hay una supuesta víctima y el abuso se habría producido entre el 7 de febrero y el 10 de marzo. Las fechas son claves ya que el informe de la policía y los servicios de protección de menores de California, que se filtró este mes y en el que se determinaba que las acusaciones eran "infundadas", fue concluido antes del 10 de marzo.

La expectación ante la presentación de los cargos era tal que la fiscalía ha contratado a Tellem Worlwide, una firma de relaciones públicas especializada en la gestión de crisis para famosos. El estratégico movimiento ha sido tan defendido por unos como criticado por otros, como la profesora de derecho de la Universidad de Loyola Laurie Levenson, que afirmó que rodearse de publicistas "puede ser sólo algo naíf por su parte, pero parece como si sus intereses fueran más allá de querer hacer justicia".

Pese a la abierta lucha personal que se percibe entre el fiscal y el cantante, en los despachos las cosas parecen más lógicas. El fiscal explicó que se ha llegado a un acuerdo para retrasar la primera vista del caso del 9 al 16 de enero. También ha aprobado que se devuelva al artista el pasaporte "como una excepción" para que pueda viajar a actuar.