El flujo de senegaleses a bordo de cayucos con destino a España, concretamente a Canarias, cae en picado. Las cifras reflejan que el dispositivo de control de fronteras de la UE (Frontex) funciona y, por lo tanto, se ha prorrogado un año más. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y su homólogo senegalés, Ousname Ngome, suscribieron ayer la prórroga hasta junio del 2008. Es uno de los principales acuerdos alcanzados en el primer encuentro hispano-senegalés celebrado ayer en la capital del país africano, Dakar.

Los datos proporcionados por el titular de Interior senegalés son reveladores: si en el transcurso del año 2006 llegaron a Canarias 900 cayucos, en el primer semestre del 2007 solo han arribado 100. Cierto es que todavía faltan seis meses para acabar el año, los de mejor tiempo para la navegación, pero el volumen de inmigrantes, aseguró el ministro, jamás llegará al alcanzado el pasado 2006, especialmente dramático. En el 2006, alcanzaron Canarias 35.000 sin papeles --y no solo senegaleses, también de otros países subsaharianos-- frente a los 4.300 del primer semestre del 2007.

Pero las patrulleras de la Guardia Civil no son la única razón del descenso de las cifras. El otro motivo es que el Gobierno de Senegal está aceptando todas las repatriaciones de los compatriotas que logran pisar suelo canario. Una cuestión que España lleva con tanta satisfacción como discreción sabedora de que no es un plato de gusto para el Ejecutivo del país africano ver las imágenes de sus hombres retornando a casa. En definitiva, ni un gobierno ni otro quiere hablar de ello --"no tengo esos datos", se limitó a decir ayer Rubalcaba--. Fuentes del Ministerio de Exteriores barajan la cifra de 5.000 senegaleses devueltos por España en el 2006.

Precisamente, los dos países vivieron una crisis el año pasado cuando el Gobierno senegalés se molestó por las imágenes de repatriaciones mostradas por España. Ahora los dos países están a partir un piñón, como ha evidenciado el encuentro de máximo nivel y de dos días de duración celebrado en Dakar, donde el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, de 81 años muy bien llevados, regaló los oídos a la delegación española, encabezada por Rubalcaba y por el ministro de Trabajo, Jesús Caldera.

DE FORMA ORDENADA Uno de los aspectos más interesantes de la reunión ha sido la presencia de 30 empresarios españoles --de sectores como la construcción, el turismo y las telecomunicaciones, entre otros-- con el fin de potenciar la contratación en origen como vía de una inmigración "legal y ordenada" a España. Caldera, informó de que, en lo que va de año, 574 senegaleses han sido contratados en origen y expresó su confianza en que, tras este encuentro bilateral, la cifra se amplíe sustancialmente.