Las consecuencias del monumental atasco que miles de personas sufrieron el viernes por la noche en la autopista AP-1, entre Burgos y Miranda de Ebro, no se han hecho esperar. Con la nieve y el frío arreciando todavía, el Ministerio de Fomento abrió ayer un expediente informativo a la sociedad concesionaria Europistas para que aclare qué medidas tomó para evitar el colapso, cómo actuó y por qué se cobró el peaje.

Para muchos usuarios, tener que abonar 10,40 euros (1.730 pesetas) tras de haber permanecido más de 17 horas atrapados y sin asistencia fue la gota que colmó el vaso de su paciencia.

FALTA DE INFORMACION Fomento quiere saber si en la actuación de la concesionaria de la autopista hubo una actitud negligente. Según el ministerio, los hechos "son más significativos y adquieren más relevancia" si se tiene en cuenta que el itinerario alternativo, por la N-1, estuvo abierto toda la noche.

Muchos afectados lamentaron que nadie les advirtió de los problemas que había en la vía y que les dejaron entrar en la autopista, que se convirtió en una trampa. Tampoco se restringió el paso de camiones pesados, que protagonizaron la mayoría de los incidentes al acabar cruzados en mitad de la calzada. Otros perjudicados denunciaron la descoordinación y falta de información

La situación no mejorará hoy en el norte de España. Ocho regiones siguen en alerta, mientras que unas 9.000 personas de pequeños pueblos siguen aisladas en Asturias, Burgos y Palencia.