TDteben de pensar que el golpe nos produjo amnesia. Es lo único que explicaría el argumento con los que los detractores de Obama pretenden desacreditarle en la batalla por las legislativas. No sé lo que opinarán sus conciudadanos, pero a este lado del Atlántico creo que somos mayoría los que tenemos claro que el mal no proviene del presidente. Fueron precisamente aquellos que permitieron que todo se descontrolara, los que con su ideología ultra liberal de no intervención dejaron que los tiburones, los ambiciosos sin medida, hicieran de su capa un sayo, fueron ellos los culpables de que estemos colgando de la brocha, en una caída libre a la que llevamos tres años intentando poner freno. Hasta tal punto llegaron las cosas que, hasta los que habían dejado que ocurriera el desastre, los que todo lo dejaban en manos del libre mercado, hubieron de apuntalar las cuatro paredes que aún se mantenían en pie ante la inminencia del derrumbe total.

No tenemos amnesia. En esta orilla llevamos varios años apuntalando, interviniendo, insuflando oxígeno económico a la banca. Billones de euros han gastado los gobiernos europeos para apoyar al sistema financiero. Y no sólo eso. Se recortan salarios y derechos laborales, los trabajadores siguen siendo lanzados al pozo del desempleo y vemos cómo, ante la disminución del número de cotizantes, peligran las políticas sociales, la seguridad en la vejez y los sistemas públicos de atención con los que la vieja Europa se ha ido dotando.

Ellos, han puesto en serio peligro el Estado del Bienestar que, con todas las carencias que quieran señalarse, ha sido nuestra forma de vida durante décadas. Hablan ahora de su forma de vida y acusan a Obama de haber atentado contra ella. Es precisamente su forma de vida la que ha puesto en peligro la nuestra.