Ni los bosques madereros ni la telefonía móvil ni el sol de medianoche. Ni siquiera esa cantera de campeones de automovilismo, tan extrañamente fértil. El verdadero tesoro nacional de Finlandia son sus centros de enseñanza. Unos centros que, según los resultados del Informe PISA del 2006, han situado a los escolares del país en cabeza del escalafón mundial, a considerable distancia del alumnado de Hong Kong, que ocupa la segunda posición, y muy por encima de otras naciones de su entorno, como Suecia y Noruega, que no solo se mueven en unas coordenadas socioeconómicas similares a las de Finlandia, sino que incluso comparten la orientación básica de su modelo educativo. ¿Cuál es el factor diferencial? Los expertos apuntan en una dirección: la selección y formación del profesorado.

La convicción fundamental en el modelo finés y distintiva respecto a otros sistemas-- es que los mejores docentes, los de mayor preparación, deben situarse en los primeros años de enseñanza, cuando se aprenden los fundamentos de posteriores aprendizajes.