EN UNA HAZAÑA que ni Julio Verne hubiera osado imaginar, el aventurero y millonario norteamericano Steve Fossett, de 61 años, batió ayer el récord del vuelo más largo sin escalas de la historia de la aviación. En solitario y a bordo del avión experimental ultraligero Virgin Atlantic Global Flyer, ha dado la vuelta al mundo en apenas 80 horas después de recorrer sin tocar tierra unos 43.000 kilómetros, superando la marca de 40.210 kilómetros establecida en 1986. "Soy un tipo muy feliz", afirmó tras aterrizar. El aparato despegó el miércoles de Florida y finalizó el viaje en la ciudad inglesa de Bournemouth, y no en Kent como se preveía, por una avería eléctrica. Allí le recibió Richard Branson, dueño de Virgin.