Al menos que no se les reconozca, "que identificarles resulte lo más difícil posible". Es el consejo que el barcelonés Pere Cervantes, policía nacional experto en delitos tecnológicos, da a los padres que han tomado como hábito colgar fotos de sus hijos en Facebook o compartirlas por WhatsApp. No se trata solo de impedir que un extraño pueda acabar haciendo un uso inapropiado de esa imagen infantil (incluso con fines delictivos, lo que incluye desde pedófilos hasta secuestradores y extorsionadores), sino también de un asunto que afecta a la privacidad e incluso los derechos de autor.

¿Cuáles son los riesgos de no tomar ciertas prevenciones? “De entrada, y lo recuerdo por si no lo saben, todas las imágenes que se cuelgan en Facebook y en Instagram, y muy previsiblemente pronto también en WhatsApp, pertenecen por contrato a esas empresas”, advierte Cervantes. Esto significa, insiste, que los propietarios de las redes sociales pueden hacer uso de ellas, por ejemplo, cuando lo consideren necesario. "No está de más que los padres, si quieren compartir fotos de sus hijos con los amigos de Facebook, lo hagan por un canal restringido, que no las cuelguen en el muro a la vista de todo el mundo”, recomienda el policía.

“Muchas familias están convencidas de que viven en el país del ‘eso a mí no me pasará’ y ahora, con internet, los flujos son abiertos y los ciberdelitos cometidos contra menores pueden afectar tanto a quienes viven en un pueblo aislado del Pirineo como a los que residen en una gran ciudad como Barcelona”, avisa el experto.

“Evidentemente, a un padre o a una madre no se les puede prohibir que usen una imagen del niño, porque, en definitiva, ellos son los responsables legales de esos menores, pero es aconsejable que sean discretos”, sugiere. “Siempre hay matices, por supuesto”, admite. Y no pasa nada, por ejemplo, “si el niño es ya un adolescente y el progenitor pone una foto de cuando era un bebé”, ilustra el policía, actualmente destinado en la comisaría de Castellón de la Plana.

DESCONOCIMIENTO

La mitad de los padres españoles confiesan haber colgado fotos de sus hijos en las redes sociales y en sus perfiles digitales, según un estudio de la oenegé Educo, que constata asimismo que un 54% de los adultos no ven peligro alguno para sus hijos en internet. "La gente no invierte tiempo en informarse sobre esos peligros y, para muchos, simplemente no existen", lamenta Cervantes, que es autor del libro ‘Internet negro’.

“Hay que educar también a los padres en todos estos riesgos”, asevera. Los cursos y talleres que imparten por escuelas e institutos los cuerpos policiales -los Mossos d’Esquadra, en Catalunya- para explicar a los menores cómo hacer un uso seguro de internet, “muchas veces no llegan a los adultos”, reconoce.

Aunque el desconocimiento no exime a los padres de la responsabilidad. “No es cierto que los chavales vayan siempre por delante de sus padres en temas digitales… Me he encontrado con denuncias presentadas por adultos que eran usuarios de internet muy avanzados y que habían sido víctimas de un ciberdelito cometido contra sus hijos, simplemente porque no habían tratado del tema con el niño”.