Emotivo, duro y muy crítico son los calificativos que mejor encajan con el debate de la moción de censura que el PSdeG y el BNG presentaron por separado contra el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, en el que la oposición pidió desde la dimisión de Fraga hasta la celebración de elecciones anticipadas. Como ya era previsible, las mociones no prosperaron por los votos en contra del PP y Fraga dejó claro que no dimitirá: "No abandonaré el barco".

Abrió fuego el máximo responsable de los socialistas gallegos, Emilio Pérez Touriño, quien pidió a Fraga "que lo deje ya, que se retire, descanse, lea, escriba o cace. No se empeñe, no insista, todo tiene un tiempo y un límite". Touriño cree que el presidente de la Xunta "no estuvo a la altura de las circunstancias" y por eso "perdió la confianza" de los gallegos.

DESCOORDINACION

El líder socialista habló de la descoordinación en la crisis, criticó las "mentiras" y la manipulación informativa y justificó la moción en la "grave irresponsabilidad política" de Fraga por "el desprecio y abandono de su país en una de sus peores situaciones de crisis", en alusión a su presencia en una cacería en Aranjuez.

La intervención del líder del BNG, Xosé Manuel Beiras, fue más irónica, al criticar con cierta sorna las decisiones de llevar el barco a alta mar y pasearlo de norte a sur frente a las costas gallegas. Beiras entiende que Fraga se convirtió en "el muñeco de pim-pam-pum" para "desviar" las responsabilidades por la mala gestión de la marea negra.