El Gobierno francés hizo ayer un primer y tímido gesto contra la exhibición de cuerpos anoréxicos en las pasarelas. Según anunció tras su reunión semanal, el Ejecutivo propondrá al sector de la moda la firma de una carta que recogerá medidas para reprimir "la apología de la delgadez extrema".

La naturaleza de las medidas que el Gobierno quiere pactar con una de las industrias más pujantes del país se mantiene en una nebulosa. El discurso de la todopoderosa Federación de la Costura recogió que la moda no puede reglamentarse, en señalar a las agencias que se encargan de seleccionar a las modelos y en afirmar que la anorexia es un problema que compete al Ministerio de Salud.

Esa competencia es la que ha decidido asumir el Ejecutivo francés, que ayer se conformó con el efecto anuncio en plena semana de los desfiles prªt-à-porter para el otoño-invierno 2008-2009. No deja de ser un paso significativo tras aplazar la cuestión con infructuosos comités de estudio ante la presión de las pasarelas de Madrid, Londres y Nueva York para poner coto a la exhibición de cuerpos escuálidos. El pasado septiembre, ante la polémica campaña contra la anorexia del fotógrafo Olivierio Toscani, que protagonizó una joven francesa y que fue prohibida en el país vecino, el Gobierno de Sarkozy pareció tomar conciencia de que debía actuar para fijar una línea de comportamiento en el sector de la moda y la imagen. La ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot anunció la creación de Casas de adolescentes --en el 2010 deberá haber una en cada departamento-- para los jóvenes en situación "de gran vulnerabilidad".