PUEDEN LLEVAR a la criatura al hospital y al colegio, pero para recogerla precisan de una autorización escrita. Son los padrastros y madrastras franceses, una especie en pleno boom debido a la proliferación de las llamadas familias recompuestas. Igual que sucede en España, carecen de un marco legal que regule la relación con los hijos de su pareja. Aunque se ocupen del bienestar y la educación de sus hijastros, no tienen ningún derecho. Tampoco obligaciones. Para acabar con esa ambigüedad, el Gobierno francés estudia dotar de un estatus jurídico a estos padres afectivos que ya son legión.