El ministerio francés de Agricultura llevará a cabo una inspección general de los 260 mataderos diseminados por todo el territorio nacional a raíz de la denuncia presentada por una asociación de defensa animal que ha desvelado prácticas ilegales en tres establecimientos. También se abrirá una comisión parlamentaria para investigar los hechos.

Activistas de L214 han grabado con una cámara oculta imágenes en varios mataderos, entre ellos el de Mauléon-Licharre, en elPaís Vasco francés, que muestran la extrema crueldad sufrida por terneros recién nacidos, descuartizados vivos, obóvidos colgados de ganchos desangrándose cuando aún muestran signos de consciencia.

Curiosamente, el matadero tenía el certificado Ecocert de agricultura biológica y parte de la carne que trataba contaba con el sello europeo de Indicación Geográfica Protegida (IGP). Entre sus 460 clientes estaba la asociación para el mantenimiento de la agricultura rural y algunos de los mejores restaurantes parisinos, como el del famoso chef con tres estrellas Michelin Alain Ducasse.

El director del establecimiento de Mauléon-Licharre, Gérard Clémente, ha dicho sentirse “hundido” tras ver los vídeos y ha echado en parte la culpa a los apresurados ritmos de trabajo. “En Pascua hay que matar 15.000 corderos en 15 días. Si se trabajara con más serenidad no se cometerían este tipo de actos”, ha señalado a ‘Le Monde’.

Las autoridades locales han decretado esta semana su cierre urgente mientras dure la investigación administrativa, que deberá determinar qué tipo de irregularidades se han producido en el proceso de sacrificio de las bestias.

El del País vasco no es el único establecimiento salpicado por el escándalo. La misma asociación denunció hace unos meses prácticas similares en los mataderos de Alès y Vigan, al norte de Montpellier, en la región de Languedoc-Rusillón, que han sido igualmente clausurados.

En los tres casos las imágenes muestran a los animales revolverse violentamente mientras están suspendidos para ser desangrados, trabajadores que empiezan a cortar patas y cabezas de bestias todavía vivas, que golpean con ganchos a los bichos sin estar completamente aturdidos o que empujan a los bovinos asestándoles descargas eléctricas en la cabeza.

“Los escándalos continúan y se parecen. Los mataderos siguen infligiendo impunemente sufrimientos atroces a los animales con el silencio cómplice de las autoridades. Pedimos a los ciudadanos solidarizarse con los animales víctimas de esta carnicería y que empiecen desde hoy a dar la espalda a la carne”, subraya Brigitte Gothière, portavoz de L214.

MÁS TRANSPARENCIA

La asociación reclama mayor transparencia para que oenegés y ciudadanos sepan lo que pasa dentro de los mataderos, que los informes con los resultados de las inspecciones sean públicos y se permita el acceso libre y sin previo aviso a los defensores de los animales, así como la instalación de cámaras en los principales puntos del proceso.

La Federación de Productores de Carne Bovina (FNB) ha calificado de "intolerables" los actos de maltrato animal y ha presentado también una denuncia. “Los ganaderos no entenderían que el riguroso control que se hace a diario en la cría no se aplique con la misma firmeza en los mataderos”, sostiene la federación en un comunicado.

Por su parte, el director general de Alimentación del Ministerio de Agricultura, Patrick Dehaumont, cree que, después de haberse detectado este tipo de prácticas en tres mataderos, es difícil hablar de casos aislados. Aunque existen 1.400 agentes encargados de inspeccionar los lugares destinados al sacrificio animal, los efectivos han disminuido en los últimos diez años y eso dificulta la verificación de los protocolos.

UN MÉTODO DE DENUNCIA INCÓMODO

Los militantes de la causa animal que han denunciado las prácticas atroces de tres mataderos franceses han bautizado a la asociación con el nombre de L214, en referencia al artículo del Código Rural que define a los animales como seres sensibles. Sus vídeos, de innegable impacto mediático, suscitan no obstante algunas dudas. “El objetivo de L214 no es denunciar el maltrato animal sino hacer que la gente deje de consumir carne. Usan métodos que no son del todo honestos”, se queja en ‘L’Express’ la delegada general de los profesionales del fuagrás (Cifog) Marie-Pierre Pé. Los productores de carne bovina creen que buscan hacer sentir culpable al ciudadano y que, en vez de alertar a los poderes públicos, difunden las imágenes en momentos que coinciden con picos de consumo de carne, como Navidades o Pascua.