No es vinculante, pero al menos es un primer paso para acabar con la exhibición de cuerpos esqueléticos en las pasarelas y en los anuncios. Representantes del mundo de la moda, la publicidad y la comunicación de Francia firmaron ayer, con el Ministerio de Sanidad, un código de buena conducta tras la polémica desatada en septiembre por la campaña de Olivierio Toscani, protagonizada por una joven francesa que mide 1,65 metros y que llegó a pesar solo 31 kilos. Con la Carta de compromiso voluntario sobre la imagen del cuerpo y contra la anorexia, se niegan a aceptar la difusión de "imágenes de personas, especialmente si se trata de jóvenes", que contribuyan a "promover un modelo de delgadez extrema".