Una mujer francesa de 45 años dice que fue violada y torturada durante 28 años por su padre, con quien tuvo seis hijos entre 1982 y 1993. El caso de Lydia Gouardo ha vuelto a la actualidad a propósito del incesto y encierro de Elisabeth Fritzl en Amstetten (Austria), que se dio a conocer el domingo. "Ella sufrió más que yo", dijo la víctima francesa en una entrevista publicada hoy por "Le Parisien".

Gouardo sufrió torturas y violaciones tanto por parte de su padre como de su madrastra, hasta la muerte de aquél, en 1999. La mujer no fue encerrada por su progenitor, como en el caso de Fritzl, aunque le impedía salir del domicilio familiar situado en la población de Coulommes, a las afueras de París. "Tenía poco contacto con el exterior y no estaba escolarizada", explicó Gouardo, que añadió que su padre no había querido que fuera a la escuela.

Contó que todo empezó cuando su madrastra la sumergió en una bañera llena de agua hirviendo cuando tenía nueve años, y que después su padre la violaba "tres veces al día", a menudo en presencia de la cónyuge, la quemaba con ácido clorhídrico e incluso le llegó a coser su sexo para que no pudiera tener relaciones con otras personas.

Pese a las numerosas veces que relató los crímenes sufridos, Gouardo denuncia que ni el personal del hospital al que a veces había acudido con su padre, ni los vecinos que oían los gritos, ni la policía alertada por estos últimos, la ayudaron. La madrastra fue condenada inicialmente en 2007 a tres años de prisión exentos de cumplimiento por no haber denunciado el crimen. Gouardo recurrió esa sentencia y finalmente el tribunal condenó a la mujer a cuatro años de prisión exentos de cumplimiento también por agresión sexual de uno de los hijos nacido del incesto, que tenía menos de 15 años.