El Parlamento francés adoptó ayer casi por unanimidad un proyecto de ley que, sin legalizar la eutanasia, reconoce el derecho a morir al enfermo en fase terminal. "Respetar la vida es aceptar la muerte" que puede ser "humana y digna sin recurrir a la eutanasia", subrayó el Ministro de Sanidad y Solidaridad Philippe Douste-Blazy, promotor del texto.

El ministro anunció que "en los próximos años se crearán 1.900 camas de cuidados paliativos" y se aumentarán progresivamente el número de unidades móviles de este tipo de cuidados, que pasarán de 320 a 355 en el 2005. Estos medios son indispensables para facilitar una "muerte digna

La nueva ley, llamada púdicamente "del final de la vida", ha sido consensuada excepcionalmente por todos los partidos y es la consecuencia del trabajo realizado por una comisión parlamentaria especial creada en el 2003 tras la muerte del joven tetrapléjico Vincent Humbert, con la ayuda de su madre, que le administró una sobredosis de barbitúricos, y del médico que le aplicó un fármaco letal. El caso, que irá hasta los tribunales por falta de legislación, provocó gran conmoción en Francia e incitó a los políticos a legislar.

Para las asociaciones proeutanasia, la nueva ley es insuficiente, pero reconocen que es un primer paso para el reconocimiento total del derecho a morir dignamente.