La justicia francesa invalidó ayer la decisión de un tribunal de Lille de anular el matrimonio de una pareja de religión musulmana bajo el argumento de que la novia había mentido sobre su virginidad. La sentencia, que levantó una fuerte polémica en mayo, ha sido revisada por orden de la ministra de Justicia.

La mujer que fue rechazada por su marido tras descubrir, la noche de bodas, que su mujer no era virgen se encuentra pues casada de nuevo. El cónyuge, un informático treintañero, opinó que la decisión del tribunal equivale a un matrimonio forzado. Ahora la pareja deberá iniciar otro proceso judicial para obtener la anulación o un divorcio convencional basado en otros argumentos, ya que el dictamen ha considerado que la virginidad "no es un fundamento válido para anular" la boda. El primer dictamen fue duramente criticado por haber anulado la unión aduciendo "un error sobre las calidades esenciales del cónyuge". La clase política y el mundo asociativo francés coincidieron en juzgar la decisión contraria a los principios de la República, además de atentar contra la igualdad entre hombres y mujeres.