La periodista y escritora Nieves Concostrina aparcó hace más de una década su miedo a la muerte para reírse mientras está viva. Ayer también aparcó sus quehaceres para impartir una conferencia en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres, que festejó su patrón, San Isidoro. Sobre los huesos de este santo, repartidos por medio mundo, habló la autora de libros como Polvo eres , Menudas historias de la Historia , ...Y en polvo te convertirás o el último Polvo eres II en los que cuenta extravagancias de difuntos ilustres y en los que desmitifica leyendas: Walt Disney no fue congelado, sino incinerado, y en la tumba de Groucho Marx no reza ´Perdonen que no me levante´.

Además, la madrileña, dirige y presenta Polvo Eres de Radio 5 y colabora en otros espacios de RNE. No solo habla de muerte. En 2010 ganó el Rey Juan Carlos de Periodismo por un trabajo sobre El Quijote.

--¿Es especialista en muertos?

--No estoy especializada en la muerte, sino en todo como todos los periodistas, pero el éxito ha venido por ahí y yo, encantada.

--¿Cómo llegó ese éxito?

---Cuando cerró Diario 16 fui al paro. El único trabajo que encontré fue en una revista funeraria, Adiós , que dirige mi marido, Jesús Pozo. Ahí comencé a recopilar documentación sobre el mundo funerario que no manejaba nadie y le ofrecí a RNE crear un microespacio para hablar sobre la muerte de otra manera, no desde su crudeza.

--¿Tiene algo de humorista?

--No me siento a escribir para hacer gracia, pero hay muertes que son graciosas y no se la voy a quitar. Si tengo que contar los nueve entierros que tuvo Hernán Cortés o que dicen que San Valentín tiene 7 cabezas repartidas por ahí... me produce gracia y no voy a rodear de solemnidad lo que no lo tiene.

--¿Qué es la muerte?

--Un tema que da yuyu y sobre el que aún existe un tabú tremendo. Yo he perdido ese reparo pero tengo miedo a la muerte, como la mayoría. Pensar que voy a desaparecer me aterra y lo único que puedo hacer mientras es reírme.

--Ha recopilado más de mil historias de difuntos, ¿cuál no olvidará?

--Es difícil elegir. Me llama la atención la muerte de Evita Perón. Estuvo 16 años dando vueltas por el mundo porque era un cadáver muy incómodo políticamente para los militares argentinos. Fue enterrado bajo nombre falso en Milán, luego pasó 3 o 4 años en un chalet en Madrid y en otro edificio de Buenos Aires. Pero hay otros más extravagantes. A Pizarro le adoran ahora en el altar mayor de Lima con la que les hizo a los pobres peruanos. Además, mientras buscaban su cabeza una momia usurpó su identidad,... hay tantas historias.

--Documentarse sobre un vivo es fácil, pero sobre un muerto...

--Hay que ir quitando mucha paja, pero los muertos dan mucho de sí. Leo mucho y visito cementerios, pero no estoy obsesionada. Es como ir a catedrales y museos.

--Otra de sus especialidades son los epitafios, ¿cuál es su favorito?

--Hace poco visité el cementerio de Cáceres y me encontré algunos curiosos, pero mi favorito está en Avila. Es una mano haciendo una ´peineta´. Ese muerto se fue muy cabreado. En Montjuic hay otro: ´Mi última diligencia: que os zurzan´.