Algunos testigos destacaron la "poca efusividad" mostrada entre el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, y el líder del PP, Mariano Rajoy. Hacía nueve meses que el presidente de los populares no pisaba Valencia, pero cuando por fin se decidió a hacerlo, no fue para apoyar al presidente de la comunidad.

La frialdad entre los dos dirigentes populares --no hubo ni siquiera un abrazo, cuando incluso el ministro de Fomento, José Blanco, le pasó un brazo por encima del hombro a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá-- dio alas a los que hablan de desencuentro entre ambos por el caso Gürtel.